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VerAno de amor

Verano

Estaba apretujado en el asiento trasero del coche de Leo y Deb con Sandy, Nita, y Gail. Una lluvia había lavado el aire, y todo se sentía como eléctrico. Quería ir en el asiento trasero con Gail y hacer algo, pero no estaba muy seguro de que, pero había sido una salida a la iglesia, entonces no se suponía que estuvieras pensando así. Pero yo sentía su cuerpo cálido y flaco al lado de mí, y pensé en su sonrisa y manera de hablar lenta y parsimoniosa como si se estuviera deslizando por una ladera.

Me alegré de que hubiera venido, porque ella me hace sentir bien, pero también no se reía cuando Leo se burlaba de mí. La canción “Cherish” estaba soñando en el radio, pero apenas podía oírla por el sonido del viento en las ventanas y las risas de Sandy y Nita. Él estaba haciéndole cosquillas y ella le gritó que parara. Pero, naturalmente, no lo hizo. Cherish entrando y saliendo fundida mientras la antena de percha que Leo había hecho buscaba la señal.

Sentí que la música crecía. Me encantaba cómo la canción se elevaba a un tono dramático y estalló en una larga y lenta armonía de voces: “Cherish es la palabra”.  

Nos dirigimos a la casa de Leo y Deb para comer pizza y mirar películas viejas. La semana pasada había sido una de Bogart y Bacall y Leo me había comparado con Peter Lorre. Eso me puso en un estado de ánimo que duró días, preocupándome sobre mi destino, ser el flaco tipo con aspecto gracioso que las chicas nunca tomarían en serio. Esto terminó cuando Sandra Ross me sonrió en el pasillo el jueves. Pero ahora volví a salir con Leo y el resto. Pues, quién sabía que pasaría.

Me di cuenta de que Deb estaba sentada junto a la puerta, no acurrucada junto a Leo como lo estaba normalmente, y me pregunté de qué se trataba todo eso. Pude ver la delgada línea de las cuentas de amor rodeando el cuello de Leo, y normalmente habría esperado ver el brazo de Deb. Me preguntaba también porque Gail estaba en el asiento trasero cuando podría haberse sentado en la parte delantera con Leo y Deb. Tal vez Peter Lore de hecho conseguiría algunas chicas.

Llegamos a la casa de Leo y Deb cuando el sol se estaba poniendo. El cielo estaba azul con  tintes de rosa. Probablemente Leo estaba pensando en Dios con una puesta del sol como esa. Estaba raro pensar de él como un pastor, nunca hablaba de Dios ni nada parecido. También, el era un poco diferente a otros pastores que había encontrado. Por una cosa, no tenía muchos más años que nosotros, y tampoco actuaba de manera muy diferente. Aquí estaba usando una chaqueta de cuero y una remera batik, y Deb con pelo hasta su cintura. Ella también era muy linda. Si lo pensabas, casi podría haber sido la novia de uno de ellos, pero no, eso era estúpido. Ella tendría veinticinco años por lo menos. Realmente no sabía cuántos años tenía Leo, pero seguro que no se parecía mucho a un pastor.

Entramos atravesando las cuentas de colores que dividían el living del resto de la casa. Leo encendió algo de incienso como siempre cada semana. Fue como si hubiéramos entrado a nuestra iglesia privada. La iglesia de los viernes a  la noche de pizza, películas viejas, y masajes comunes en la espalda.

Volví a caer en el sillón puf, eso también era parte del ritual. Leo lo había llamado mi trono, pero tal vez era mi banco. Deb venía desde la cocina con una bandeja de bebidas. Me encantó la forma en que burbujas diminutas se forman en los laterales de los vasos metálicos haciéndolos parecer aún más fríos de lo que realmente eran.

“Aquí estamos. Tenemos Coca, 7-up, y jugo de manzana que espero que esté bien.”

Nos sentamos todos y bebimos. Leo se sentó y buscaba sus discos. Tenía cientos de discos y su estéreo fue muy lindo, un tocadiscos de Acoustic Research con dos altavoces gigantes. Tenía que admirar eso de él, por ser un pastor, tenía buen gusto de música. Él eligió un disco y quito el vinilo como una barra de pan un domingo de comunión.

“¿Qué es, Leo?”

“Eso, mi amigo, es el mejor  disco de los Beach Boys.”

“Sí, ¿qué es?”

“¿No sabes? No has oído “Surfs Up? Hombre, tienes que escuchar esto.”

Y las voces inconfundibles de los chicos vino de los altavoces. La primera canción era sobre algo relacionado con la contaminación del agua, que sabía era un problema grande. La gente hablaba de eso todo el tiempo. Aun mis padres pensaban que era una cosa importante.

Gail se sentó sobre el sofá con Nita y Sandy. El brazo de Sandy estaba alrededor el hombro de Nita y Gail contaba un cuento sobre su hermanita. Ella había robado un suéter de Gail, y ella se desquitó robando sus vaqueros. Gail y su hermana siempre peleaban por algo. La hermana era más guapa, pero tenía algo de Gail. Algunas veces no podía parar pensaba de ella por muchos días después de una de las reuniones de los jóvenes de la iglesia. Ella tenía una manera, su voz, su sonrisa. Ella era flaca, como yo, y su cabello siempre estaba en su cara. Su piel no era linda, tenía muchos granos, y no podía pensar en ellos, pero todavía tenía ganas de besarla cada vez que la veía. Era raro. 

“Donnie, ¿dónde estás hombre?”

Leo siempre era así, siempre mirándome.

“Mande? No sé, solamente, no sé.”

Nita me defendió.

“Donnie estaba pensando, ¿no?”

“Sí, supongo que sí.”

Nita era muy amable. Éramos similares. Los dos éramos tranquilos y algunas veces sentí que ella me entendía más que el resto. Sandy no parecía importarle. Aunque ella se besaba con él cuando quería, y tal vez algo más, quién sabe.

Deb regresaba al living con un gran plato de queso y galletas.

“OK, la pizza está en el horno. Si tienes mucha hambre, puedes comer queso.”

En la estación de televisión pública local pasaban una película que no conocía se llamaba “The Sun Also Rises”. Leo dijo que la película se basaba en una “novela fantástica”, pero la película fue “una decepción”. De hecho, me gustó la película, pero todos los demás dijeron que no les gustó. Gail dijo que era aburrida, y Nita que era cursi, pero a mí me gustaban las películas un poco cursis. También el personaje principal me recordaba a mi papá, por la herida de guerra. Pero no tengo ganas de pensar en eso. Tal vez porque a él nunca le gustó hablar de ello. Todo lo que sé es que su avión había sido derribado y ahora tenía mucho metal en su cadera, y es por eso que él camina cojeando.

Desperté con el sonido de mi hermana Stephanie ejercitando “Fur Elise” en el piano. La cortina blanca ondulada en mi cuarto como el aliento de una bestia gigante cuando el aire acondicionado se enciende. Normalmente saltaría de la cama, pero hoy me quedé allí empapado en el sueño de la noche anterior. Había estado luchando en la parte de abajo del coche de Leo con Gail, cuando de repente lo hice. Le agarré la cara y la besé, pero cuando lo hice, ella se transformó en Leo, y él se reía en mi cara.

Después de algunos minutos de meditar, me levanté y fui a la cocina. Stephanie había cambiado algo, no lo conocía, pero sonaba como algo moderno. Papé se sentó en la mesa de cocina, con el sol brillando y reflejándose en la pared como una luz escénica. Sí, papá estaba en un escenario, pero en realidad no necesitaba el guión.

 Afortunadamente, papá ni siquiera levantó la vista del papel cuando me senté con el cereal. Pero yo me preguntaba dónde estaría mi madre. Luego miré el reloj y me di cuenta de que eran casi las 11:00, así que probablemente estaba fuera arreglándose el cabello. Acababa de terminar mi cereal cuando Stephanie entró a la sala de estar.

“¿Terminaste?
“Sí, supongo que sí. Es posible que vaya a practicar después. Pero, ahora voy a ir a la casa de Deanna para trabajar en un proyecto.”

Papá levantó la vista de su periódico. “¿A Dónde vas para hacer qué?”

“A  la casa de Deanna. Solamente dos cuadras de aquí.”

“¿Y yo conozco a esa Deanna?”

“Sí Papa, la conociste en mi recital.”

“Ah, sí, la gordita con la ortodoncia.”

“Ella no está gorda, pero tal vez es como te la representas.”

“Y tú, ¿mi hijo, qué travesura vas a hacer hoy?”

“No sé, tal vez voy a la casa de Kevin por un rato, y hay esa cosa en la tarde con el grupo de jóvenes.”

“¿Qué cosa?”

“Es una protesta en la universidad. Creo que Peter Yarrow estará allá.”

“¿Peter quién?

“Conoces, Peter, Paul, y Mary.”

“Ah, sí. ¿Y tu mamá sabe de eso?”

“Sí, ella dijo que puedo ir. Vamos a encontrar en la iglesia, e ir allá en el coche de Leo.”

“Ese  Leo es un tipo raro, ¿no?”

“No sé, supongo que sí.”

“OK, pero no esperes que te saque de la cárcel bajo fianza.”

“Papá, esto es Dallas. Probablemente solo vamos a ser poca gente.”

***

Fue el primero en llegar a la iglesia. Mamá  me dejó en el aparcamiento en su camino a un recital. Creo que un grupo de sus estudiantes tiene un recital cada semana. Sabía que ella estaba decepcionada de que yo no tocara el piano. Por lo menos Stephanie tocaba, entonces el linaje familiar de maestros del piano ya tenía una promesa, o, tal vez debería decir el linaje Donnello, ya que ese era su apellido de soltera. Ella había sido una pianista famosa cuando era joven. Aunque tenía fotos de un concierto en New York apenas podía creerlo cuando ella tocaba. Ella se emocionaba mucho, aunque normalmente era muy tranquila. Era como si esa fuera la verdadera ella, la  otra, cuando no estaba tocando parecía muy equilibrada, casi aburrida. Eso era raro para mí, porque no soy así. Soy igual todo el tiempo.

Ya tenía una llave de la iglesia por mi trabajo cambiando los focos y poniendo bastante bebidas en la máquina de coca. Entré y caminé por el ala donde estaban las aulas vacías hasta el salón de jóvenes. El edificio estaba en silencio. Me senté en el viejo sofá destartalado que habían traído para una venta de garaje que nunca se había hecho y esperaba la llegada de los otros.

Sobre el muro atrás del sofá había una pintura del grupo que había hecho Leo. Nunca había pensado mucho en ella. Se parecía a nosotros, pero no exactamente. Ahora que tenía la oportunidad de estudiarla un poco más detenidamente, me di cuenta de que había algo extraño. El grupo estaba dispuesto alrededor de Leo, como si él fuera el centro, y todos estaban allí para sostenerlo, como si él fuera una estrella. Cuanto más la miraba, más divertida me parecía. Era como uno de los estúpidos carteles de fútbol en mi escuela. Y como si Leo fuera el capitán del equipo estrella y su pequeño harén de porristas reunidas a su alrededor. De hecho, estaba a punto de empezar a reír a carcajadas cuando escuché que la puerta en el otro extremo del pasillo se abría y se cerraba, y luego los sonidos de las voces de Leo y Deb, que se hacían más fuertes a medida que se acercaban.

Leo venía de la puerta primero con su habitual chaqueta de cuero con flecos, pero también tenía una tela negra atada alrededor de la parte superior de su brazo.

“Hola Donnie, ya estás aquí.”

“Sí, mi madre me dejó.”

“Perfecto. Vamos a comenzar a hacer los carteles.”

“¿Quién va a venir?”

“No sé, pero tal vez Gail, y no estoy seguro de quién más. Cariño, ¿dónde están las cartulinas? “

“Ay caramba, creo todavía están en el coche.”

“uy, pensé que lo tenías.”

“No, solo las pinturas.”

“OK, Donnie, ¿puedes agarrarlos/cogerlos? Aquí están las llaves”

“OK, seguro.”
Estaba regresando de la iglesia con las cartulinas cuando Gail y su hermana Leanne llegaron con su madre. No, pensaba, están las dos. Leanne era solo un año más joven que Gail, y muy linda. Su pelo negro era muy grueso y rodeaba su rostro blanco y cremoso con su piel perfecta como una manta que envuelve a un cachorro. Tenías pestañas largas y tus ojos eran ligeramente achinados, como una asiática. Parecía un poco misteriosa. Pero también era muy mala, y un poco irreverente. Cada vez que ambas aparecían en el grupo de jóvenes, se la pasaban todo el tiempo peleando, y todo el grupo se volvía raro. Gail dijo,

“¿Hola Donnie, ¿dónde están Leo y Deb?”

“Adentro, ellos acaban de coger las cartulinas.”

“¿Pues, eres su lacayo?”

“Si, algo así”

Ellos caminaban en el pasillo para reunirse con los otros. Leanne estaba muy silenciosa. Tal vez las hermanas habían estado discutiendo en el coche. Cuando regresamos al cuarto, Leo estaba monologando  sobre Peter, Paul y Mary, y cuán importantes eran ellos para “el movimiento”.” Siempre cuando escuchaba a alguien hablar del “movimiento” pensaba en hacer un chiste, pero sabía que no debía burlarme de eso cerca de Leo. Algunas cosas simplemente no le hacían gracia.  

Rápidamente juntamos los carteles y todos nos amontonamos en el auto de Leo y Deb. Hubo un momento incómodo cuando intenté sentarme en el asiento trasero al mismo tiempo que Gail y Leanne. Gail fue  al otro lado y yo terminé en el medio entre las dos hermanas. Me recordó a esa canción “¿Alguna vez tuviste que decidir finalmente?” Pero, no es que realmente tuviera algo que decidir, pero fue divertido pensar en ello.

Llegamos al campus de S.M.U. y fuimos a una fuente rodeada de césped bien cuidado y los edificios de ladrillo macizo y arenisca. Estaba pensando que este era un lugar raro para una protesta contra la guerra y le dije algo a Gail sobre esperar a que Bugs Bunny viniera bailando cerca cantando “On with the show”. Ella se rió como siempre, pero también tenía una mirada astuta como debemos tener cuidado con lo que digamos frente a Leo. Él tenía una expresión en su rostro como si estuviera pensando “eso es algo grave” . Deb caminaba colgada  de su cuello escuchándolo como si fuera un Dios. Había algo perturbador en eso, pero no podía decir qué. Se veía  un poco exagerado, casi teatral, como se muestran las protestas en la televisión, no como algo real. Al menos Gail parecía entenderlo. Gail siempre supo que era real. Por otro lado, solo éramos unas veinticinco personas, lo que parecía algo patético. Quiero decir, ¿cómo se  suponía que siendo veinticinco fuéramos a detener la máquina de guerra?

Después de sentarse durante lo que pareció una eternidad, salió una banda. Nunca había oído hablar de ellos, pero eran bueno, supongo. El musico era  algo cursi, pero muy suave. Finalmente, Peter llegó con su guitarra. Él era muy alto, yo ya sabía porque mi hermana tenía un disco de Peter, Paul, y Mary con una foto de ellos. No me gustaba  el disco, pero estaba un poco emocionado por estar sentado junto a un músico famoso. En ese minuto pensaba que fue extraño que Stephanie no hubiera querido venir, pero ella no podía soportar a Leo. Ella decía que él le daba escalofríos. Entonces, tal vez no era tan extraño. Miré a Leo mientras Peter tocaba una canción que él me dijo que había escrito para alguien llamado Josh White, y parecía que estaba en el cielo. Tenía sus brazos alrededor de Deb, y sus ojos estaban entrecerrados. Entonces tuve la extraña idea de que quería que lo mirara, así que me detuve.

Peter tocó durante casi una hora y contó algunas historias sobre el movimiento y fue genial en cierto modo, aunque también me sentí como si estuviera en la escuela, lo que no parecía una buena manera de pasar un domingo por la tarde. Después Leo estaba tan emocionado, fue como si él fuera un niño y todos intentaban que se calmara. ¿Él dijo repetidamente: ¡Qué estrella, no! ¡Increíble! Aun Deb parecía estar harta de eso y dijo,

“Tal  vez deberíamos traerle un trago.” Gail se rió y me agarró del brazo, lo cual fue genial. Probablemente esa fue la mejor parte del día.

Eso me recordó a otra salida, unos pocos meses antes, cuando nos reunimos con un grupo de jóvenes de una iglesia en una parte de la ciudad en la que vivía solo población negra. Todos nos quedamos mirándonos unos a otros por dos horas, intentando bailar. Pensé que era un buen chiste y lo dije en coche en el camino de regreso a casa y Leo se había puesto furioso. Actuó como si hubiéramos dado este gran paso en las relaciones raciales en Dallas, y nos estaba deprimiendo a todos. Supongo que soy demasiado realista para Leo.

Leo y Deb nos llevaron a todos a casa. Era el último. Gail y Leanne lucharon todo el camino a su casa. Leanne dijo que Peter parecía una persona lujuriosa y Gail dejó que Leanne pensara que todos los tipos de más de cuarenta eran espeluznantes. Leanne negó y dijo que al menos no estaba enamorada de Dean Martin como Gail, y me pregunté si era cierto, ya que Gail se puso un poco colorada, lo cual fue lindo.

Después de que Leo finalmente se había quitado la cabeza en el concierto, ya que quería hablar, nunca es una buena señal.

“Parece que a Gail realmente le gustas.”

“¿Piensas que sí?”

Deb me miró con una sonrisa: “¿No puedes verlo?”

Leo dijo “Si yo fuera veinte años más joven…”

Deb le dio un puñetazo y dijo: “Pues, no lo eres.”

Eso me pareció muy asqueroso, entonces no dije nada. Pero estaba pensando en Gail, y me pregunté si debería llamarla cuando llegara a casa.

Cuando llegué Stephanie estaba practicando una pieza musical de Scott Joplin que ella había empezado la semana pasada. Mamá estaba sentada en el sofá con un vaso de vino, y pude oler algo que se estaba cocinando en el horno, probablemente pollo, pero algo estaba se quemando también.

Me senté en el sofá al lado de Mamá y me di cuenta de que ella estaba durmiendo con su copa de vino en su mano. Un pensamiento pasó rápidamente por mi mente: que ella había muerto en el sofá y que era el rigor mortis lo que impedía que la copa se volcara en el suelo. Suavemente coloqué el vaso sobre la mesa de café y ella abrió los ojos. Me miró, cerró sus ojos nuevamente y se dio la vuelta para mirar hacia el respaldo del sofá.

La guerra estaba sobre la televisión. Miraba los pequeños destellos blancos iluminan la jungla de Vietnam y pensaba que alguien murió con cada destello. Fue muy raro, porque por un rato sentí como la televisión fue realidad, y yo sentido sobre la sofá con mi mama durmiendo fue como un sueño, o posible una dramática. Era como si estuviéramos hechos de plástico, yo sentí que no pudiera moverme. No duro mucho, luego me levanté y fui a la cocina a ver que estaba quemando. Fue los frijoles. Los saques de la olla y comencé una nueva olla con agua hirviendo.    

En la cena todos parecíamos gruñones. Dad había hecho un barbacoa y Stephanie se quejó de que estaba quemado. Dije algo de fue una noche de comida quemado, pero nadie sabía de que hablé porque los frejoles estaban un secreto de yo. Dijo “Nada” y Papa preguntaba “¿Que se supone que significa eso?” Stephanie estaba enojada sobre su pieza para piano, y Mama dije “No te pediría que lo tocaras si no creyera que podrías.” Stephanie no dijo nada. Papa comenzaba a hablar de la guerra y los hippies. Él pensaba que “deberíamos simplemente bombardear a los pequeños gooks y terminar con eso.” No dije nada de ese tampoco. ¿Cuál era el punto? Pensaba de Peter y su sonrisa amable y guitara sencillo. ¿Qué posibilidades tenía todo eso contra personas como mi papa, quien era realmente un hombre muy inteligente, pero estaba diciendo cosas como esta?

Terminamos de cenar y dije que iba a la casa de Kevin. “No antes de limpiar estos platos”, mamá respondió, y Stephanie aceptó que era mi turno. Entonces los limpié lo más rápido que pude y luego salí. No podía esperar para salir de la casa. Me sentía tan atrapado por dentro.

Miraba los pequeños destellos blancos que iluminaban la jungla de Vietnam y pensaba que alguien moría con cada destello. Fue muy raro, porque por un momento pareció como si la televisión fuera la realidad, y yo sentado sobre el sofá con mi mamá durmiendo era como un sueño, o posiblemente un obra de teatro. Era como si estuviéramos hechos de plástico, yo sentía que no podía  moverme. No duró mucho, luego me levanté y fui a la cocina a ver que se estaba quemando. Eran los frijoles. Los saqué de la olla y los puse en una nueva olla con agua hirviendo.   

En la cena todos parecíamos gruñones. Papá había hecho una barbacoa y Stephanie se quejó de que estaba quemada. Dije algo así como fue una noche de comida quemada, pero nadie sabía de que hablaba porque los frijoles quemados eran un secreto mío . Dije “Nada” y Papá preguntó “¿Qué significa eso?” Stephanie estaba enojada con su pieza para piano, y Mama dijo “No te pediría que lo tocaras si no creyera que podrías.” Stephanie no dijo nada. Papa comenzó a hablar de la guerra y los hippies. Él pensaba que “deberíamos simplemente bombardear a los pequeños gooks y terminar con eso.” No dije nada sobre eso tampoco. ¿Cuál era el punto? Pensaba en Peter y su sonrisa amable y guitara sencilla. ¿Qué posibilidades tenía todo eso frente a personas como mi papá, que  era realmente un hombre muy inteligente, pero estaba diciendo cosas como esta?

Terminamos de cenar y dije que iba a la casa de Kevin. “No antes de lavar estos platos”, respondió Mamá, y Stephanie agregó que era mi turno. Entonces los lavé lo más rápido que pude y luego salí. No podía esperar para salir de la casa. Me sentía tan atrapado por dentro.

Todavía hacía calor en el camino para la casa de Kevin, aunque  la noche estaba viniendo, pero el aire se sentía bueno y limpio. Casi podía oler el otoño flotando en el aire de nuestra pequeña zona en Dallas, y podía oír los coches corriendo por Forest Lane. Pensé sobre lo fácil que sería salir a la calle a hacer dedo y viajar. Dejar todo esto atrás y seguir la carretera. Había visto ese programa en las noticias sobre San Francisco, y toda la gente simplemente pasando el rato allá. Pero, aquí estaba atrapado en Dallas. Me dirigí por el callejón y llamé a la puerta de Kevin.

La mamá de Kevin respondió y asintió con la cabeza en la dirección del cuarto de Kevin. Ella dijo “Está por allá planeando la próxima guerra mundial.” Ella siempre hacía comentarios así. La familia de Kevin era tan divertida. Su mamá era un poco gorda y siempre tenía un cigarrito en su mano o colgando de su boca. Llevaba esta ropa loca, como si fuera una estrella de cine o algo así, y mi mamá decía que bebía mucho. Por supuesto, ¿quién era ella para señalar con el dedo? También se desmayaba en casa la mayoría de las noches. El papá de Kevin siempre parecía estar en el jardín con una manguera.  Simplemente se quedaba allí durante lo que parecían horas, caminando alrededor del césped como si estuviera haciendo una pintura gigante y cada pincelada de la manguera tuviera que ser perfecta. ¿Por qué no conseguir un aspersor como todos los demás?

Y pues, estaba la hermana de Kevin, Valerie. Ella era realmente linda, unos pocos años más joven que yo, pero tenía esa carita redonda y cabello castaño claro. Ella siempre me hizo pensar en almendras por alguna razón. También tenía un sentido del humor salvaje, como su mamá, inventando cosas locas todo el tiempo.

 

Kevin estaba sentado sobre su cama cuando entró. En el radio estaba sonando, “Revolucion” , ya la había escuchado algunas veces ese fin de semana y estaba empezando a cansarse. Agarré el balón del aire y dije

“interceptado!”

“Hola, ¿qué pasa?”

“Nada, solo pensé en volver.”

“¿Qué quieres hacer?”

“No sé, lo de siempre, supongo.”

“Muy bien, ¿está oscuro?”

“Casi”.

“OK, ¿debería decirle a Val?”

“Claro, ¿por qué no? Los otros probablemente estén allá.”

La mayoría de las noches jugábamos un juego que se llama “Spotlight”. Hemos comenzado la primera noche del verano. Al principio éramos solo Kevin y yo. Salimos en la calle con nuestras linternas y nos escondíamos . Tenía que volver a la base, que era en su porche delantero sin que te dispararan con el rayo de la linterna.

Después de algunas noches Val se había unido, y ahora todos los chicos del barrio jugaban. Fue divertido al principio, pero me estaba aburriendo ahora que el verano casi había terminado y todo el mundo conocía los mejores lugares para esconderse, pero era mejor que simplemente quedarme sentado alrededor de la habitación de Kevin lanzando el balón al aire.

Kevin guardaba mi linterna en su casa,  era más fácil. Entonces las agarramos y tocamos la puerta de Valerie. Ella abrió la puerta y sonrió de costado.

“¡Oh Donnie, qué sorpresa verte aquí!”.

“Sí, supongo que soy una plaga.”

“Pues, estamos acostumbrados a ti ahora. ¿Vamos a salir? Voy a agarrar mi arma.”

El aire de la noche era fresco, y me pregunté sobre la elección de ropa de Valerie; pantalones muy cortos, una camisa pequeña, y descalza. Supuse que podría correr más rápido de esa manera. Yo le dije eso y ella dijo: “Claro que sí, para huir de ti”. Eso me pareció un poco raro, pero Valerie era así.

Éramos más o menos doce jugando. Además de Kevin, Val, y yo estaban los Quinlins, los chicos Davis, y algunos otros de la siguiente cuadra cuyos nombres nunca pude recordar. Uno de ellos se llama Dave, y otro era Chuck y su hermana pequeña, y su nombre era Sue o Stu, pero probablemente Sue, porque ¿quién llamaría a una chica Stu?

Habíamos jugado más o menos una media hora, y se estaban acabando los lugares donde esconderse. Estaba en un pequeño hueco en la pared que creía nadie más conocía cuando de repente escuché que algo se movía detrás de mí. Me di vuelta pero no quería encender mi linterna, porque estaba muy cerca de la base y pensé que alguien me vería. Susurre “¿Quién es?”

Y hubo una risita.

“Val?”

“Te encontré.”

“¿Por qué no disparaste?”

“Es un buen lugar, ¿no?”

“Sí.”

Ambos nos quedamos allí durante lo que pareció una eternidad. Me sentí un poco raro estando solo con ella. Ella me miraba con su extraña media sonrisa como lo había hecho otras veces. Lo siguiente que supe fue que nos estábamos besando. No estaba seguro de si ella lo había comenzado o yo, y probablemente solo duró un segundo, pero se sintió como un día y una noche. Su cara estuvo justo al lado de la mía un segundo, y después lo estábamos haciendo. Alcancé mi mano para ponerla  en su espalda, pero se soltó. Después ella se rió, encendió su luz y dijo: “Estás muerto” y corrió en la noche hacia la base.

Me quedé allí en estado de shock durante unos segundos, y luego comencé a reír. Todas mis  preocupaciones : ¿ella me gustaba? ¿Tenía un aspecto gracioso? ¿Alguna vez les gustaré a las chicas? Todo parecía hilarante. Val, qué chica loca era. Pará ti Leo Lewis.

Regresé al porche de Kevin. Davie, un chico pequeño del otro lado de la calle, me iluminó con su linterna, pero dije: “Demasiado tarde, ya estoy muerto.” Jugamos unas veces más. Val actuó como si nada hubiera pasado, pero a mí no me importaba. Posiblemente nada había pasado, tal vez estaba loco.

Cuando regresaba, la casa estaba en silencio. Era muy extraño. Estaba muy emocionado, pero la casa era como una morgue. Stephanie estaba leyendo en el living y mamá y papá mirando la televisión. Sentí que no podía respirar. Estaba a punto de estallar por dentro y la casa, mi familia, nadie se daba cuenta. Apenas levantaron la vista cuando entré.  

Fui al patio trasero para jugar con Bones, pero aún no pude despertarlo.  Le lanzó una pelota, levantó la vista de su almohada y luego volvió a dormir. Todo fue demasiado.

Me senté en el patio oliendo el final del verano. Todavía había unas hojas de madreselva, pero el verano estaba casi terminado. Tres semanas más y estaría en la escuela secundaria. ¿Cómo iba a ser? Había sido un gran verano.

Regresé y fui a la cama. Por lo menos mamá dijo “Buenas noches” cuando pasaba el living. Me acosté pensando en el beso, y en Gail y Leo y en lo que significaba todo. Realmente era un poco temprano para dormir, pero no podía pensar en otra cosa para hacer. Me di la vuelta y, por alguna razón, comencé a pensar en mis soldados de juguete. De repente parecían realmente estúpidos. Los había coleccionado durante años. Todos estaban en mi estante, alineados en filas, organizados por diferentes generaciones: época romana, dragones británicos, la guerra civil, tanto yanquis como confederados, y, por supuesto, muchos de la Segunda Guerra Mundial.

Me levanté y los miré. ¿Por qué los había coleccionado? ¿Para qué servían? No eran reales, solo eran cosas estúpidas que había juntado cuando era niño. Los saqué del estante y los metí en un cajón y me senté en la cama. Comencé a pensar en las luces intermitentes en las noticias de televisión nuevamente, y que en el futuro una de esas luces podría ser yo muriendo.

Me acosté y rodé de un lado a otro en la cama tratando de dormir durante lo que parecieron horas, y tal vez lo fueron. Tal vez dormí, o posiblemente no, pero un rato después me desperté y pude escuchar el piano. Al principio pensé que debía ser de mañana y que era Stephanie practicando, pero estaba totalmente oscuro en mi habitación. Entonces reconocí la pieza. Era “Clair de Lune” de Debussy. Mamá estaba tocándola.  Ella siempre decía que cuando era niño y lloraba, ella podía tocar esa obra y yo me calmaba. ¿Cómo sabía ella que yo estaba acostado allí pensando en Vietnam y en la posibilidad de ser volado en pedazos?  

Me quedé allí escuchando y pensando en Gail, y en Val, la linterna brillando en mi cara y ella mirándome con su pequeña sonrisa y diciendo “Estás muerto”.

Pues, todavía no, no lo estaba. Por lo menos el chico flaco con el aspecto divertido del Norte Dallas todavía tenía eso a su favor.  ¡Diablos! ¿Llamaría a Gail mañana? Tal vez.    

If you want to tell me how much you love my work, please do.

206-595-6083

© 2017 Charles Freeman

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